Ser escritora lejos es lo más utópico
que me ha tocado vivir en mi vida, me he negado serlo durante mucho tiempo,
pero ahí vuelve el lenguaje, las emociones se plasman en un papel.
Traigo el pecho apretado cuando no
escribo, es como si silenciara mi alma.
He publicado muchos libros sin
embargo aun no logro lo principal, lo que mi ego me exige día a día, ya voy
entrando en los cuarentas y aun sigo vagando entre la cotidianidad y el anonimato.
La diciplina del lenguaje jamás la
parí, no se acentuar y las faltas de ortografía las expelo como si de eso se
tratara escribir.
En mi infancia la lectura siempre
fue un tema, en mi adolescencia simplemente la obvie ya ahora que soy ya alguien
mayor, el leer me avergüenza, suena absurdo, pero como leer Cortázar si aun no
termino de comprender a marcela paz.
Concubinato I
No éramos perfectos
etiquetas en los dedos
un mundo paralelo .
Mi amor; una
fabula
Tus promesas; un
evangelio.
Prohibido, tu
nombre
más te quise
prohibida mi
piel
más, me querías.
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