Quisiera escribir, cualquier
cosa, nada referente con el amor o la sensación de pérdida o depresión, pero es
casi imposible ya que mi pluma se está rehabilitando, y necesita oxigenar su
lenguaje, y quiere escupir todas las emociones que están invadiendo mi nombre,
cada letra que conforma mi nombre tan Único como común…
Elizabeth, curioso ya que en todo
el embarazo de mi madre fui Vanessa, y días antes de salir a este mundo, una
vecina mala leche bautizo a su perra “Vanessa” y gritaba Vanessa… que perra más desobediente… mi madre en ese
entonces una chicuela de 17 años lloraba, negándose a que yo me llamara así y
fuera una perra traviesa, mi padre siempre tan drástico y quitado de problemas
le digo cambiémosle el nombre, mi mama no le perecía ningún nombre, pues
durante todo el proceso de los casi nueve meses fui vane, mi padre un
adolecente pensó en el Elizabeth,
siempre le gusto lo encontraba admirable y más porque provenía de una reina, y
eso quería que yo fuera una reina, mi otro nombre Denisse simplemente le gustaba a los dos … Es curioso
pues mi hermana también se llama Denisse pero en español que es Daniela.
Y así me quede con un nombre
Elizabeth Denisse Zúñiga Lorca, de mis apellidos solo sé que nada sé y son de
origen español.
Cuando apareció esta red social
de Facebook, quise buscar a todas las Elizabeth Zúñiga y encontré varias todas
reinas en cierta medida, todas distintas entre nosotras, de distintas edades y países…
La mayoría le decían Ely, otras
eran Lizz…
Ahora volviendo al tema si no
escribiera lo que mi alma siente, o pluma como le llamo más sutilmente, estaría
mintiendo a todo lo soy. Un ser extraño, intenso y apasionado, porfiado y
terco, autorreferente, narcisista y la vez con una autoestima muy bajo, suena
casi tragicómico y contradictorio, pero esta vida quien no lo es.
Ayer fue Luna llena, y esta luna
me sedujo al punto de tenerme desnuda en un piso 11, observándola al costado de
mil balcón, sin tapujos, ni miedo de miradas morbosas, solo era mi piel y la
luna, esa misma luna que miraba a todos los amores que se han escabullido de mi
piel.
Estoy en un proceso en el que
siento que agarro vuelo pero jadeantemente retrocedo es como si tuviera un
resorte en mis tobillos, un resorte que me impide avanzar… ver más allá del
metro cuadrado en el me refugio. El 20 de junio yo caminaba en un parque en un país
distinto al mío, con personas que jamás tal vez vuelva a ver pero en un lugar ya
conocido
Recuerdo la primera vez que pise es parque era en el 2012, y el nombre que me tenía en agonía no existía pero si otros… la sensación era la misma ... Eso si ya habían pasado 4 años… y yo seguía creyendo que era una princesa a la espera de un ser de luz llamado príncipe que me rescataría de mi locura, me arrancaría mi coraza y me cubriría, que me ofrecería un amor de esos que yo se dar, de esos que son eternos, mientras caminaba aquel 20 de Junio, junto a un palo de selfie fotografiaba una y otra vez aquel instante para que no se me olvidara, “ como si a mí se me olvidaran las cosas”.
No tengo melancolía por aquellos días de Junio al contrario, sé que los debía vivir… sé que debía sangrar para que el hematoma de mi mal querer, no se transformara en un tumor o algo más grave…
Y que toda lagrima derrochada, la multiplicare con la satisfacción de sanarme.
Tranquilos, que volveré a subir mi poesía, mi arte…
Por ahora mi blog es mi tubo de oxígeno.