Hoy un día cualquiera de Julio en
especial martes, con sabor de lunes…
Estoy acá con el corazón enmudecido,
muchas veces hiperventilado pero en esta ocasión sin voz…
Ya no quiero que venga a mi
rescate, al contrario quiero que se pierda en el infierno de mi ausencia. Quiero
que su olvido, sea permanente y así de poquito, día a día de a poquito ir desapegando
su aroma, piel y hasta rostro de mi siquis.
Ya no sé qué me dolió más, la evidente
situación de falta de querer, o que me hiciera sentir que jamás me quiso, que
sus actos me empequeñecieran al punto de sentirme invisible ante su presencia invalidando
mi sufrimiento, restregándome su felicidad y cero empatías hacia mí persona…
Como que el quererlo me
desvalorizara, me sentí como una enferma terminal ante un ser lleno de vida, me
sentí como una mendiga rogando a pies descalzo una explicación, una limosna, un
gesto que me consolara, pero al contrario él, solo con la tozudez digna de él, se
mantuvo en su postura. De ignorarme.
YO NO LO BUSQUE, y sabes porque…
ya no tenía fuerza ni alma, me queme con este amor, la rabia literalmente se posesionó
de mi nombre (te ha pasado eso de llorar
con el cuerpo, lágrimas escapándose de tu boca, la pelvis gritando y tu manos apretando
fuerte las piernas al punto de enterrar las uñas y la mandíbula tiesa de tanta
rabia, tristeza que sudas… asqueas las palabras y no hay nada que te calme ese
fuego que te enceguece, así llorar con el cuerpo)
Llegue a la catarsis de entender
que no podía hacer nada, que ya no importaba si él me estaba castigando por mi
forma intensa de ser ¨por decirlo de alguna manera sutil¨ no quise buscar justificación
solo memorice la imagen en donde él estaba feliz con otra chica que no era yo.
Él había elegido otros labios que
besas, otra risa la cual despertar en las mañanas y a otro cuerpo a cual
adular.
En la oscuridad de mi habitación,
“escuche un enserio que estas así por un amor no correspondido”
Pensé que estaba enfermando… que
ya estaba escuchando voces y había brotado en mí la esquizofrenia que siempre
oculte. Pero nada de eso… era mi útero que hablaba… era mi reflejo en el espejo
que me acariciaba y susurraba que yo no era un problema, que yo era un tesoro…
Y como tal me tenía que encontrar
y así poder confeccionar un mapa para que un pirata valiente, pudiera así
encontrar, y si no llegase aquel personaje ya no importaría porque ya había descubierto
el tesoro que era mi nombre, que debía levantarme de ese hoyo y agradecer a la
vida que me regalara otra oportunidad para amar, pero ya no amar a este
personaje cruel, a este verdugo… sino aprender amar a la persona que cubre mi alma…
mi nombre…
La rabia que me quemaba empezó a disminuir…
Impresionante, la verdad es que me gustan mucho tus lecturas, no las dejes por nada en el mundo... No he conocido a nadie tan apasionada como usted, la felicito por la mujer que es!!!
ResponderEliminarAtte.
Luis Alberto Troncoso