jueves, 12 de marzo de 2015

Cuento los Calzoncillos del Tata


Los Calzoncillos del Tata.

7 AM, escuche a Juan gritar mi nombre, muy agitado,  me extrañó pues era muy temprano,  medio somnoliento le abrí la puerta…

Jadeaba …  no era capaz de pronunciar palabra alguna…

repetía lo vi, lo vi…

¿A quién?  

Al viejo.

¡Que!! Imposible.

 El viejo murió hace 4 semanas,  ¿ Juan?

Acompáñame.- dijo apuntándome al cementerio

Estás loco, pasa siéntate y tomate un café.-

¡No quiero café!!

¡ACOMPAÑAME! grito.

Pude sentir su miedo, el escalofrió recorrió mi cuerpo, un trozo de hielo deslizándose por mi espalda.

[Disimulé]

Juanito, son las 7 de la mañana es muy temprano, hueles alcohol  ¿estas ebrio?

Noooooo, respondió titubeante e inseguro.-

solo me tome un cortito, ver al viejo me dejo tiritón.

Yiaaaa… ¿y que quería tu viejo?

 “Juanito los calzoncillo” eso me tiene retenido…

¿Qué?

Si eso mismo le dije yo ¿Qué?

A lo cual, él me respondió.

La venta de las ruedas del tractor, esa plata la deje ahí antes que me diera el infarto…

¿No lo revisaron?.-

No, pues ves que el doctor, le pronosticó que si no dejaba de comer carnes rojas le daría el infarto, el forense demoró cuatro días en llegar al pueblo. Cuando llego el tata olía mal, le cambiaron la ropa pero no los calzoncillos.

¿Y?  

Iiiii

Tenemos que sacarle esa plata, ese dinero lo amarra a la tierra, lo tiene en un limbo.

¿Te quieres quedar con la plata Juanito?

Miro con cierta desmotivación…  Nooooo….

tienes razón tal vez fue una pesadilla

¿Puedo quedarme hoy contigo?

Claro Juanito.

Llego a las 10 pm con su pijama listo para dormir.

Él dormía en el sillón…

Suéltame!! TATA!!! SUELTAME!!!  Grito con desesperación

Sentí y no exagero un frio más intenso por mi boca hasta terminar en la punta de mi pies, tiritando le pregunte que pasa Juanito.

Ammmiiigoooo…  hay que sacarle el dinero al tata de los calzoncillo, eso lo tiene en el limbo, dice que si no lo hago en tres días vendrá por mí … (rompió en llanto) no quiero morir decía mientras sollozaba, hincado en forma fetal.

Lo abrase, con la mirada desafiante,  me dijo si yo me voy, tú te vas conmigo.

Sentí su miedo.

Iremos mañana, a lo cual el con mucha desesperación me dijo solo tres días, tres días, tres días, tres días.

No logre dormir, Juanito tampoco.

Nos levantamos temprano, fuimos al cementerio…

Era absurdo querer hacer dicha hazaña de día, pues estaba llenísimo, la tumba del tata estaba repleta de flores… Quedamos juntarnos a las 10 de la noche.

Puntual, llego vestido de negro, según él para camuflarse dentro de la noche, lo cual lo encontró muy acertado y también me vestí de negro, sacamos las palas, con la foto del tata en los bolsillos nos fuimos…

Obviamente el cementerio estaba cerrado, habían unos perros negros muy bravos custodiando la entrada, mire al cielo y dije tata es difícil, mejor descansa en paz…

“Imposible, no quiero estar en este limbo”

Casi me orine del susto al oir…   

fue Juanito quien dijo eso, diciendo el tata me lo susurro.

Tenía tanto miedo que no sabía si era frio o nerviosismo lo que sentía, mi propia respiración me hacía temblar, mi sombra a cada cierto rato me intimidaba.

Logramos entrar, caminar hacia la tumba era mucho más tenebroso aparte Juan estaba en un estado de shock constante.

Ya en frente de la tumba del tata, empezamos a sacar las flores cuando escuchamos ladrar a los perros acercándose hacia nosotros, me dio tanto miedo, que salí corriendo me olvide de Juan…

Al llegar a casa, mi corazón sonaba como un reloj tic tac tic tac tic tac…

A los minutos llegó Juan, sollozando diciendo me quedan dos días, no me quiero morir…

Descansa, mañana lo haremos sin falta, duerme en el sillón

No, dormiré al lado tuyo.

Creo que en cierta forma yo también deseaba dormir a su lado, sentía mucho miedo.

Ninguno de los dos logro dormir, no fui al campo a trabajar, dormí todo el día al igual que Juan.

Al despertar Juan sollozando me dijo: el tata nos llevara para que lo acompañemos en el limbo… dice que es muy frío, pero tiene todo el tiempo el culo caliente…

Encontré terrible a lo que decía, rápidamente le dije ya  vamos hacerlo de una vez.

Ya en el cementerio llevamos unos pedazos de carne con veneno de rata para matar a los perros… (No se me ocurrió nada más)

Los perros comieron sin saber que sería su último bocado.

Nuevamente en la tumba del tata retirando flores, empezamos a cavar, hasta llegar a la cajuela [ataúd]

ábrelo tú,  me dijo…

yo nica, ábrelo tú.

Estuvimos como 15 minutos sorteando quien abriría el famoso ataúd, al final Juanito lo abrió.

Al abrirlo salió un olor petrificante, estaba lleno de gusanos, moscas y otros bichos la carne estaba abierta y había olor a sangre seca…

Tú sácale la plata de los calzoncillos…

¿estás loco? si tú vas a morir y no yo.

Vendré por ti y los dos estaremos muertos, me respondió

NO QUIERO MORIR TATA!!!

Grito y salió corriendo desorientado.

Quede paralizado al ver como huía Juanito, empecé nuevamente a sentir el frio entrando por mi boca.

Mientras trataba de salir de mi parálisis, volvió con un palo, dijo yo no toco al tata, metió el palo y con él trato de bajarle los pantalones, la imagen era terrible, no la puedo describir pues he preferido mejor borrarla, en los muslos del tata había una bolsita, me abalancé sobre ella con cierta desesperación, estaba llena de bichos varios, la tome, vámonos… si vámonos… me respondió  

Dejamos todo abierto y nos fuimos desesperados.

Al llegar a la casa notamos que en la bolsita había mucho dinero el cual decidimos repartirlo a mitad…

Juanito estaba feliz, descansa tatita decía mirando al cielo.

Lo quedo de noche, no pudimos dormir pues escuchamos toda la noche a los pájaros brujos que gritaban “Totue… totue…Totue”

A medio día, Juan me dijo que lo acompañara a depositar el dinero, quise hacer lo mismo, en el pueblo todos estaban revolucionados por la profanación de la tumba del tata … se escuchaba a la gente murmurar “que lo habían encontrado con los calzoncillos abajo”… “que los perros del cementerio estaban muertos” literalmente todos pensaban que habían abusado del cadáver del tata.

Juan me miro con cierto temor de que alguien nos hubiera visto, pues las versiones de lo sucedido eran muy viscosas, lo mire mientras cruzábamos un auto salió de la nada y atropello a Juan. Este murió en forma inmediata quedando todos sus billetes esparramados en la calle. 
Salí corriendo y acá me encuentro escondido en mi casa llevo 3 días sin salir, temo que al salir Juan venga por mí.

(cuento resgistrado)

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